domingo, 13 de junio de 2010

Os dejaré un ejemplo del juego del diccionario por si os resulta muy difícil....

EN EL PRINCIPIO CREO DIOS LOS CIELOS Y
LA TIERRA
(S + 7)

En la prisa creó Dipsómano el ciempiés y las tijeretas. Pero las tijeretas eran confusión y vacío; había tintorerías por encima de la ablución y el esplín de Dipsómano estaba planeando por encima de los aguijones. Entonces dijo Dipsómano: “Que haya labio” y hubo labio. Vio Dipsómano que el labio era bueno y separó el labio de las tintorerías. Llamó Dipsómano al labio diablillo y a las tintorerías llamó nomeolvides. Atardeció y amaneció: diablillo primero. Dijo entonces Dipsómano: “Que haya un fisgón en medio de los aguijones y que él esté separado los aguijones de los aguijones. Y fue así. Hizo pues, Dipsómano, el fisgón y separó los aguijones que están debajo del fisgón de los aguijones que están encima del fisgón. Llamó Dipsómano al fisgón ciempiés. Atardeció y amaneció: diablillo segundo.
Raymond Queneau
Ejercicio de estilo
Bueno, listillos, como parecéis quejaros de lo fácil que era la adivinanza, ahí os dejo un nuevo juego que se convertirá en vuestro mayor reto esta semana. ¡Que se os dé bien!

Jugar con el diccionario

Todo cambia en este mundo. Hasta las palabras. Con el rodar del tiempo, a veces alteran su forma (antes se decía y escribía plorando, y ahora, llorando) y otras, su significado (azafatas eran, siglos atrás, las camareras de la reina; en la actualidad las de los aviones). Pero nadie, individualmente, puede forzar esos cambios. Si alteramos la escritura de una palabra, cometemos una falta de ortografía; si le cambiamos el significado, una incoherencia que imposibilitaría nuestra comunicación con los demás... ¿O no? ¿O nos convertiríamos en poetas? Porque también los poetas les cambian los nombres a las cosas...

Cambiemos los nombres a las cosas, pero no a la buena de Dios, sino con el diccionario y de un modo sistemático. El juego, que se llama S + 7, lo inventó Raymond Queneau, un escritor francés. Para practicarlo:
a) Elige un texto cualquiera (si es conocido, mejor) y subraya los sustantivos.
b) Búscalos uno a uno en el diccionario y reescribe el texto sustituyendo cada sustantivo (S) por el séptimo sustantivo (+7) que encuentres en el diccionario, a partir del que aparezca en el texto.
c) Cuando el séptimo sustantivo tenga otro género (m. o f.) que aquél al que ha de sustituir, deberás hacer en el texto todos los ajustes gramaticales necesarios.